La práctica de la poesía vuelve a plantearse como necesidad en las Novelas ejemplares, aunque los poemas se ‘acumulan’ en La gitanilla y La ilustre fregona, plantean dificultades no siempre bien resueltas por la crítica en esta especie de ‘desilusión’ del mundo que justifica toda la escritura cervantina. El funcionamiento de estos textos adquiere sentido en esa poética que Cervantes va trazando de manera asistemática en la prosa de algunas novelas, aunque la cuestión no radica en si esos poemas que pautan las novelle son accesorios y, en todo caso, si adquieren un estatus básico hasta el punto de que lo que estaba subordinado se convierte en autónomo.
Precisamente esta última tendencia es la que permitiría aislar esos poemas en las diversas ediciones de la poesía cervantina, pero no para producir una ruptura radical con el universo fantástico o fabuloso en el que se inscribían, sino para ser tenidos en cuenta por sí mismos y mostrar, así, características visibles ‘nuevas’, más allá del ‘adorno’, de la decoración o de lo probatorio que se había afirmado en un personaje novelesco o en la tesis-hipótesis prosística que relegaba a estos poemas-fragmentos a lo secundario, incluso a lo prescindible.
Los poemas cervantinos son indispensables para una comprensión de su totalidad productiva y este acercamiento-edición pretende contribuir a esa totalización.