Miguel Hernández
(Orihuela, 1910 – Alicante, 1942)
Escribía Miguel Hernández versos desde niño; cuando viajó a Rusia y otros países europeos (1937); los propagó en los frentes de batalla, como grito; entregó a versos el torbellino de sus pasiones, tristezas y entusiasmos; se refugió en ellos, y desde luego se acompañó de versos cuando inició su calvario de cárceles y procesos al término de la guerra civil. Muchos de aquellos versos pasarán al Cancionero y romancero de ausencias (póstumo), que ha sido el editado por Clásicos Hispánicos. Antes había escrito Perito en lunas (1933), El rayo que no cesa (1936), Viento del pueblo (1937), además de las obras póstumas (El hombre acecha, que estaba en prensa en 1938). MH también escribió algunas obras teatrales. Había nacido en Orihuela (1910). Poeta rezagado con respecto a la ola de poetas nuevos (Lorca, Alberti, Salinas…), de origen rural muy humilde en quien prendió la voz poética de los clásicos. Viajó a Madrid, le estalló en los versos y el corazón la guerra civil, que le comprometió visceralmente. Estuvo en varios frentes. Al término de la guerra civil huyó a Portugal, y allí fue detenido y entregado a España. Encadenó varias prisiones y, extrañamente, se le liberó, por lo que volvió a Orihuela, donde fue detenido y condenado a muerte, condonada por cadena perpetua. Nuevas prisiones, en Palencia, Toledo, Alicante… enfermo de tuberculosis, sin tratamiento adecuado, murió el 28 de marzo de 1942 (31 años). Hoy está enterrado en Alicante.