La historia trágica del Médico de su honra ha sido popularizada por la obra maestra de Calderón, pero su fuente, la tragedia histórica El honor en la sangría y médico de su honra, atribuida a Lope de Vega por Menéndez y Pelayo, es ya una formidable tragedia centrada en las consecuencias de los amores juveniles de Enrique II de Trastamara, el hermano regicida de Pedro I, hijos ambos de Alfonso Onceno. Precursora de la tragedia calderoniana, esta obra de Andrés de Claramonte explora varias líneas derivadas de la presencia del Fatum, el Destino fatal que acecha al linaje del rey Alfonso y su convulsa vida amorosa. En esta primera versión de la tragedia del Honor, de no menor altura estética que la de Calderón, los pecados previos al matrimonio de Jacinto y Mayor, establecen un sofocante ámbito de debilidades humanas y pasiones que conllevan desgracias y tragedias. Fiel a su marido, Jacinto de Ribera, la inocente Doña Mayor será la víctima de un doble acoso trágico: los celos de Jacinto y la pasión erótica desbocada del Infante don Enrique, incapaces ambos de afrontar sus debilidades humanas. El brutal desenlace, un asesinato conyugal implacable, es el resultado de una mecánica teatral minuciosa que sitúa a esta obra como el primer ejemplo de tragedia política del honor conyugal, que el dramaturgo elabora de forma minuciosa e inevitable.