Lope de Vega
(Madrid, 1562-1635)
Lope de Vega cultivó, como muchos de sus contemporáneos, todos los géneros, aunque fue especialmente en los corrales de comedias en donde logró la fama y el aplauso del público con multitud de obras –comedias, loas, autos, incluso la primera ópera– en las que mezcló el género clásico y el cómico, y que desde entonces no se han dejado de representar (Fuenteovejuna, El caballero de Olmedo, El Castigo sin venganza, La dama boba…). Ensayó, sin embargo, cuantos géneros se pusieron de moda, como los poemas épicos, la novela corta, y sobre todo la poesía, que escribió con pasión, la misma que con frecuencia llega a sus versos, tan condicionados por su biografía, que a su vez estuvo condicionada por sus amores y sus pretensiones literarias, que no le otorgaron la holgura y reconocimiento oficial que a veces pretendió, lo que se manifiesta, sobre todo, en uno de sus últimos libros (Las rimas de Tomé de Burguillos). Sumamente interesante es su copioso epistolario y la contribución a la literatura religiosa y cortesana de la época.