La poesía pudo haber surgido como necesidad del esclavo –real o mental– de abrir un ventanuco para la libertad y romper el ritmo del trabajo. En otras muchas ocasiones, sin embargo, la poesía es un fenómeno poligenético (cantos de madre a hijo, juegos de los niños, cantos de guerra…). No tuvo durante la Edad Media la consideración de “Literatura”, que es etiqueta que se va añadiendo en tiempos modernos cuando se piensa que es una tarea artística distinta de los primeros actos del lenguaje y, en consecuencia, se establecen métodos para lograrlo –teoría, preceptiva, métrica, etc. A lo largo del siglo XVI convergen en la Península Ibérica varias modalidades poéticas: primero la culta, que deriva de esa creencia a la que aludíamos del poeta como artífice capaz de decir cosas emocionantes y más bellas; luego la poesía que brotaba espontáneamente de las gentes –tradicional, popular, religiosa…–, con todo tipo de cruces entre lo uno y lo otro. En realidad la poesía se convierte –en el nuevo orden de las actividades humanas– en el campo de las realizaciones artísticas más exquisitas mediante las lenguas naturales. Eso es lo que piensa, por ejemplo, Cervantes. Y así perduró durante siglos, con todo tipo de variaciones que recogían las variaciones históricas y que inmediatamente calificaban como “estéticas”. En lengua española y entre nosotros distinguen los críticos e historiadores todo tipo de grupos, modalidades, escuelas, autores, etc. para señalar lo que ha alcanzado el prestigioso rango de “clásico”, es decir, que se puede seguir leyendo en tiempos y espacios distintos. La larga honda de poesía moral y pastoril del siglo XVIII, las diversas fases del romanticismo, el triunfo de los poetas que cruzaron el siglo XIX y el XX, las llamadas generaciones del siglo XX, los poetas dispersados por la guerra, el lento recrecer de voces dentro y fuera de España…. Y eso solo por referirnos a poetas de la Península, aun cuando desde hace un par de siglos las voces de los poetas americanos en lengua española forman un solo e inmenso coro. Quizá es durante las últimas décadas, pocas, cuando vemos que la honda de la poesía moderna se desestabiliza por la llegada de imágenes y sonidos, que quieren ocupar el lugar de la creación y de las emociones con el mismo derecho.
Miguel Hernández
Miguel Hernández
Juan de Mena
Juan de Mena
Anónimo
Anónimo
Antonio Machado
Antonio Machado
Miguel de Cervantes
Miguel de Cervantes
Miguel de Cervantes
Miguel de Cervantes
VV. AA.
VV. AA.
Miguel de Cervantes
Miguel de Cervantes
Bartolomé Cayrasco de Figueroa
Bartolomé Cayrasco de Figueroa
Miguel de Cervantes
Miguel de Cervantes
Eugenio Gerardo Lobo
Eugenio Gerardo Lobo
Garcilaso de la Vega
Garcilaso de la Vega
Anónimo
Anónimo
Miguel de Cervantes
Miguel de Cervantes
Gustavo Adolfo Bécquer
Gustavo Adolfo Bécquer
Manuel Reina
Manuel Reina
Garcilaso de la Vega
Garcilaso de la Vega